miércoles, 30 de mayo de 2007

Marcos, en algun lugar del tiempo



Todos cargamos con nuestro pasado e inclusive transitamos, indistintamente, por sus entrañas. Sin embargo son menos las veces que el pasado nos recorre la piel, y emerge, hasta en el mas minúsculo de nuestros gestos. Esto fue lo que me pareció ver en Marcos. Será porque su pasado es tan distinto a su presente, porque el contexto, lo tiene enmarcado en una atmósfera diferente. Y esto fue el disparador para intentar subirle la apuesta al pasado, bifurcando en una imagen distintos tiempos. Son las fotos adentrándose en otras fotos. Fotos que a la vez conviven con un ser, que pronto dejara de serlo, que pronto será encuadrado, arrancado, plasmado, y un poquito solo después, puesto junto al resto de las imágenes. Y creo que es algo que no alcance a concretar, pero al tratarlo me rebotaba todo el tiempo en la cabeza, los muchos distintos momentos que convivían, y que podían hacerlo armoniosamente, que en algún punto se rebelaban, atacando directamente, al sentido cronológico del tiempo. Es como aquella historia en la que el Tiempo, caminando distraído, es interceptado por un grupo de niños que deciden jugar al mareado con el, y que después de hacerlo girar un par de veces son transportados, debido a la distracción total de este, a la vejez, a unos momentos antes de sus propias muertes.
La historia es ficción, como también es ficción que el tiempo pueda alguna vez convivir sin un orden. Pero acá es donde reaparece Marcos, ya que a pesar de lo diferente que pueda ser su pasado, el es capaz de recorrerlo, de traerlo, de tenerlo presente y a este (al presente) llevarlo también a su pasado, como un viaje interno, al alcance de la mano y dispuesto a emprenderse siempre.

No hay comentarios: