jueves, 11 de octubre de 2007
jueves, 6 de septiembre de 2007
DOSituación
Uh, que grandes son los kioscos, todos los colores, las golosinas apiladas, una arriba de la otra, otra arriba de la una, y para peor, que hace frió, que el día esta muy nublado, que amaga a largarse a llover, que me pica la gorra, que me molesta la pechera y los diarios están tan pesados, me parece me siento en ese escaloncito y descanso un poco el brazo, si, si, así esta mejor, los diarios pueden quedarse un poco así, es que están tan pesados, busco entre las hojas, mira si un suplemento viene con bolitas! Con cuidado, que no se rompa ninguna, es tan molesto el ruido de cuando se rompe una hoja, shhhhk, como es que hace,,, ah pero si acá tengo el papel con las calles donde conviene andar, lo rompo, total con este no hay problema ( shhhk, como sospechaba) total las calles me las aprendí de memoria, si no, pregúntale a mis zapatillas, mira lo rotas que están, medias combeadas para adentro, y ese agujero en la punta que en cualquier momento sale el dedo gordo a saludarme,, bueno arranco, uh pero si soy mas boludo! Me vengo a sentar en frente de un maxikiosco, que grande es, mas grande que el monumental, aunque mi tío dice que es gigante, pero soy de boca y quiero dos jorgitos blancos, cinco sugus si, si de esos de colores, dos azules, uno rojo, uno amarillo y uno mas azul, y después una tita, “ dos con veinte?” muevo un poco el bolsillo izquierdo, no hay ruido, muevo el derecho, uh hay ruido pero poco, a ver yo saco todo y que se fije el, ni las cuento ¿¡un peso? ¿Como que me falta un peso? No, no, pero yo no quiero solo los caramelos y un jorgito, quiero todo, sigo caminando, ah ya se! En los teléfonos siempre se olvidan alguna moneda.
Estaba tomando un café, y hojeando el diario, en un bar. Mi mesa, al lado de un ventanal semiabierto, me dejaba distraer de a ratos con la calle. Una vez mas, había buscado en el fondo de mi café, algún sedimento, alguna forma rara que me dijera algo sobre mi futuro. Una vez mas (rrrrrr) vez (rrrr) una vez mas ( rrrr) una vez mas ( rrrrrr) y el ruidito del “rewind” me molestaba casi tanto como ver mi imagen inclinando la taza de café, repitiéndose, una y otra vez. La misma estupidez en el gesto, pero mutando el decorado. Me acuerdo que ahí interrumpió en mi visión, el chico. La gorra media torcida, llevando con sus dos brazos una pila de diarios. La pila mas grande que su torso, entero y amarillo, desarreglado, de una talla dos números mas grandes, inquietando la correcta articulación de sus rodillas. Ese chico, que desde donde empecé a seguirlo, venia rebotando de teléfono en teléfono. Seguía un orden, primero recorría una cuadra, y buscaba en sus teléfonos correspondientes. Cruzaba y caminaba en dirección opuesta sobre la vereda de enfrente. Cuando llego al teléfono, que estaba solo a unos metros míos. Me pareció que había encontrado algo…
Pero que es esto, mejor apoyo los diarios entre las zapatillas y uso las dos manos, para, esto me hace acordar a una soguita, si si, la estoy tocando pero casi veo como una hilacha se enrosca con la otra y con la otra y con… y si tiro? Ahí sale, como esos chicles, que tiras y se desenroscan. Uh pero es re larga, mira que lejos estoy del teléfono ahora…
Al ver que ya se había alejado mas de un metro del teléfono, con un hilo de un color rojo ladrillo, salí corriendo del lugar ( olvidándome tanto de pagar, como del impermeable en el respaldo de mi silla) Al llegar a su lado le pregunte que estaba pasando?. Sus palabras no me respondieron, si no su cara contorsionada, su cara de impotencia luchando contra esa soga que ahora había parado de salir del teléfono. “Te ayudo?” le pregunte. Asintió con la cabeza. Empezamos a tirar los dos, la gente alrededor empezaba a juntarse. El hilo estaba trabado, decidimos empujar entre varios. El chico seguía aferrado a la soga con sus dos manos, pujando. De pronto un ruido que, a mi entender, nació del piso, nos anticipo lo que iba a ocurrir. El teléfono por completo cedió. Cada uno de sus lados, cayeron al piso. Donde un segundo antes estaba colgado el auricular ahora se veía el puesto de diario de la esquina. Pero eso no termino ahí, las baldosas se fueron levantando una por una siguiendo una línea que apuntaba directamente hacia uno de los lados del puesto. El diariero reacciono, tarde. Clarín, Nación, Perfil, pagina 12, Rolling stone, Para ti, La mano, la THC, Cronica, La de arquitectura, la de escalada, todas por el piso todas totalmente aplastadas. Ya todos habíamos soltado la soga menos el chico. De pronto, escuche el leve ruido de la soga chocando contra el piso. Mientras la línea seguía expandiéndose, el chico avanzo sigiloso, agarro los diarios y salio corriendo.
El resto es cosa sabida, fue noticia en todos los diarios y noticieros de la semana. El Bunker de los narcos, la CIDE y los funcionarios del gobierno involucrados no me asombraron tanto como el echo de no volver a saber nada del chiquito de los diarios.
Estaba tomando un café, y hojeando el diario, en un bar. Mi mesa, al lado de un ventanal semiabierto, me dejaba distraer de a ratos con la calle. Una vez mas, había buscado en el fondo de mi café, algún sedimento, alguna forma rara que me dijera algo sobre mi futuro. Una vez mas (rrrrrr) vez (rrrr) una vez mas ( rrrr) una vez mas ( rrrrrr) y el ruidito del “rewind” me molestaba casi tanto como ver mi imagen inclinando la taza de café, repitiéndose, una y otra vez. La misma estupidez en el gesto, pero mutando el decorado. Me acuerdo que ahí interrumpió en mi visión, el chico. La gorra media torcida, llevando con sus dos brazos una pila de diarios. La pila mas grande que su torso, entero y amarillo, desarreglado, de una talla dos números mas grandes, inquietando la correcta articulación de sus rodillas. Ese chico, que desde donde empecé a seguirlo, venia rebotando de teléfono en teléfono. Seguía un orden, primero recorría una cuadra, y buscaba en sus teléfonos correspondientes. Cruzaba y caminaba en dirección opuesta sobre la vereda de enfrente. Cuando llego al teléfono, que estaba solo a unos metros míos. Me pareció que había encontrado algo…
Pero que es esto, mejor apoyo los diarios entre las zapatillas y uso las dos manos, para, esto me hace acordar a una soguita, si si, la estoy tocando pero casi veo como una hilacha se enrosca con la otra y con la otra y con… y si tiro? Ahí sale, como esos chicles, que tiras y se desenroscan. Uh pero es re larga, mira que lejos estoy del teléfono ahora…
Al ver que ya se había alejado mas de un metro del teléfono, con un hilo de un color rojo ladrillo, salí corriendo del lugar ( olvidándome tanto de pagar, como del impermeable en el respaldo de mi silla) Al llegar a su lado le pregunte que estaba pasando?. Sus palabras no me respondieron, si no su cara contorsionada, su cara de impotencia luchando contra esa soga que ahora había parado de salir del teléfono. “Te ayudo?” le pregunte. Asintió con la cabeza. Empezamos a tirar los dos, la gente alrededor empezaba a juntarse. El hilo estaba trabado, decidimos empujar entre varios. El chico seguía aferrado a la soga con sus dos manos, pujando. De pronto un ruido que, a mi entender, nació del piso, nos anticipo lo que iba a ocurrir. El teléfono por completo cedió. Cada uno de sus lados, cayeron al piso. Donde un segundo antes estaba colgado el auricular ahora se veía el puesto de diario de la esquina. Pero eso no termino ahí, las baldosas se fueron levantando una por una siguiendo una línea que apuntaba directamente hacia uno de los lados del puesto. El diariero reacciono, tarde. Clarín, Nación, Perfil, pagina 12, Rolling stone, Para ti, La mano, la THC, Cronica, La de arquitectura, la de escalada, todas por el piso todas totalmente aplastadas. Ya todos habíamos soltado la soga menos el chico. De pronto, escuche el leve ruido de la soga chocando contra el piso. Mientras la línea seguía expandiéndose, el chico avanzo sigiloso, agarro los diarios y salio corriendo.
El resto es cosa sabida, fue noticia en todos los diarios y noticieros de la semana. El Bunker de los narcos, la CIDE y los funcionarios del gobierno involucrados no me asombraron tanto como el echo de no volver a saber nada del chiquito de los diarios.
lunes, 3 de septiembre de 2007
Ex situ (ación)
La noche nos busco mas temprano de lo que esperábamos… En el día habíamos alcanzado nuestro destino final después de una caminata de tres días. El refugio Jacob, encerrado entre valles y reyes con formas de montaña. Éramos dos amigos. Pato era, es, será su nombre. Después de reconfortar un poco el espíritu con alguna cosa dulce y humeante, decidimos hacer una visita a una laguna cercana.
Cuando alcanzamos la laguna, sentimos, o por lo menos yo, que no necesitaba de nada. Solo estar ahí. Mirar las nubes, los témpanos que, indistintos, convivían con el agua. Estar. Y así nos quedamos. Sin hablar. Nos quedamos sin darnos cuenta que la noche estaba ansiosa, y de que el refugio estaba lejos: Que estaba lejos, era también decir, que había desaparecido. Todos bien sabemos que en la oscuridad las cosas no se ven, ni saben igual. Si, se había esfumado, los ruidos tragados por el viento. Esparcida toda señal que nos arrimara a nuestra carpa. Para peor, la linterna perdía potencia. Sin luz las piedras son potencialmente más filosas. Después de andar sin sentido, nos dimos cuenta que teníamos que tomar una decisión. Nos sentamos, prendimos nuestros respectivos tabacos y esperamos que el viento parase con los gritos. Supongo, era otra cosa la que esperábamos. También fue otra cosa la que nos intercepto. Una luz, una luz zigzagueante. Hacia rato nos habíamos preguntado porque no veíamos, siquiera, la luz del refugio, ¿por que no estaba donde tenía que estar? Y ahora aparecía esta luz. Activamos nuestros movimientos, sabíamos que no teníamos demasiado tiempo, que en cualquier momento, lo que suponíamos una linterna, se apagaría. Sin embargo pasados los diez primeros minutos, la luz seguía,. Pasado los diez primeros minutos la luz se hacia mas grande, se acercaba. No nos cuestionamos, nada, nada en absoluto. Ni su origen, ni porque crecía, ni nada. Solo cuando la sentimos inminente, cuando nos dimos cuenta lo cerca que estaba. En ese momento, me olvide de la piedras, de la noche y de todo. Justo antes de alcanzar la luz, mi pánico fue tan grande, que le propuse a Pato que nos escondiéramos, que dejáramos que pasara. Era tarde. La luz ya nos envolvía, la luz nos recortaba entre tanta oscuridad. La recuerdo potente, sentí la angustia que cualquier interrogado pudo haber experimentado (Mel Gibson en “El complot” y mejor no salirnos de la ficción)
De inmediato, una voz. Me tranquilice, era humana.
No entendía lo que nos decía, pero avanzamos hacia ella. Pato llego primero a su lado. Paso a ser devorado por esa espesura amarillenta que no dejaba de iluminar. ( hasta lo que yo sabia, el bien podría haber sido siempre parte de esa luz, y el complot ya no estaría en el seno de una ficción lejana) Pensé darme la vuelta, perderme en la negrura, gritarles a esos cerdos que nunca me atraparían.
Mis siguientes cinco pasos me depositaron justo al lado de la luz. Un segundo antes de que cediera pensé lo peor.
Dos segundos después, me encontré con la cara de Pato. Justo después, tres, gire y descubrí el rostro de una mujer. Me ofrecía vino, me ofrecía vino en una copa de vidrio. (Era francesa. Los surcos empezaban a hacerse con su piel.) No pude mas que aceptarlo, no pude mas que mirarme con mi amigo y comprobar que el también tenia una copa. Ella nos hablaba en ingles, porque ya había identificado que el francés no nos sentaba bien. Con su linterna término de guiarnos hasta el refugio, donde terminamos de emborracharnos, donde termino de contarnos parte de su inconclusa historia, donde termino de desconcertarnos con lo que parecía un pasado inmediato…
Porque no es cierto si les digo que ella apareció únicamente para salvarnos. Durante el día, durante la caminata la habíamos cruzado varias veces, inclusive en el refugio. Después la perdimos para que sea ella quien nos vuelva a encontrar.
Pero lo que si es cierto es que la noche anterior, vimos con mi amigo, como una luz caía desde el cielo totalmente perpendicular y se perdía detrás de una montaña. Una luz blancuzca, que de a ratos se teñía con tonos plateados, prendiendo un valle gigantesco como si el día se hubiese cansado de dormitar…No tan blancas eran las palabras de nuestra nueva amiga “francesa”, que por mas simpáticas, la extrañeza de la situación y de sus respuestas me sigue persiguiendo hasta hoy.
Cuando alcanzamos la laguna, sentimos, o por lo menos yo, que no necesitaba de nada. Solo estar ahí. Mirar las nubes, los témpanos que, indistintos, convivían con el agua. Estar. Y así nos quedamos. Sin hablar. Nos quedamos sin darnos cuenta que la noche estaba ansiosa, y de que el refugio estaba lejos: Que estaba lejos, era también decir, que había desaparecido. Todos bien sabemos que en la oscuridad las cosas no se ven, ni saben igual. Si, se había esfumado, los ruidos tragados por el viento. Esparcida toda señal que nos arrimara a nuestra carpa. Para peor, la linterna perdía potencia. Sin luz las piedras son potencialmente más filosas. Después de andar sin sentido, nos dimos cuenta que teníamos que tomar una decisión. Nos sentamos, prendimos nuestros respectivos tabacos y esperamos que el viento parase con los gritos. Supongo, era otra cosa la que esperábamos. También fue otra cosa la que nos intercepto. Una luz, una luz zigzagueante. Hacia rato nos habíamos preguntado porque no veíamos, siquiera, la luz del refugio, ¿por que no estaba donde tenía que estar? Y ahora aparecía esta luz. Activamos nuestros movimientos, sabíamos que no teníamos demasiado tiempo, que en cualquier momento, lo que suponíamos una linterna, se apagaría. Sin embargo pasados los diez primeros minutos, la luz seguía,. Pasado los diez primeros minutos la luz se hacia mas grande, se acercaba. No nos cuestionamos, nada, nada en absoluto. Ni su origen, ni porque crecía, ni nada. Solo cuando la sentimos inminente, cuando nos dimos cuenta lo cerca que estaba. En ese momento, me olvide de la piedras, de la noche y de todo. Justo antes de alcanzar la luz, mi pánico fue tan grande, que le propuse a Pato que nos escondiéramos, que dejáramos que pasara. Era tarde. La luz ya nos envolvía, la luz nos recortaba entre tanta oscuridad. La recuerdo potente, sentí la angustia que cualquier interrogado pudo haber experimentado (Mel Gibson en “El complot” y mejor no salirnos de la ficción)
De inmediato, una voz. Me tranquilice, era humana.
No entendía lo que nos decía, pero avanzamos hacia ella. Pato llego primero a su lado. Paso a ser devorado por esa espesura amarillenta que no dejaba de iluminar. ( hasta lo que yo sabia, el bien podría haber sido siempre parte de esa luz, y el complot ya no estaría en el seno de una ficción lejana) Pensé darme la vuelta, perderme en la negrura, gritarles a esos cerdos que nunca me atraparían.
Mis siguientes cinco pasos me depositaron justo al lado de la luz. Un segundo antes de que cediera pensé lo peor.
Dos segundos después, me encontré con la cara de Pato. Justo después, tres, gire y descubrí el rostro de una mujer. Me ofrecía vino, me ofrecía vino en una copa de vidrio. (Era francesa. Los surcos empezaban a hacerse con su piel.) No pude mas que aceptarlo, no pude mas que mirarme con mi amigo y comprobar que el también tenia una copa. Ella nos hablaba en ingles, porque ya había identificado que el francés no nos sentaba bien. Con su linterna término de guiarnos hasta el refugio, donde terminamos de emborracharnos, donde termino de contarnos parte de su inconclusa historia, donde termino de desconcertarnos con lo que parecía un pasado inmediato…
Porque no es cierto si les digo que ella apareció únicamente para salvarnos. Durante el día, durante la caminata la habíamos cruzado varias veces, inclusive en el refugio. Después la perdimos para que sea ella quien nos vuelva a encontrar.
Pero lo que si es cierto es que la noche anterior, vimos con mi amigo, como una luz caía desde el cielo totalmente perpendicular y se perdía detrás de una montaña. Una luz blancuzca, que de a ratos se teñía con tonos plateados, prendiendo un valle gigantesco como si el día se hubiese cansado de dormitar…No tan blancas eran las palabras de nuestra nueva amiga “francesa”, que por mas simpáticas, la extrañeza de la situación y de sus respuestas me sigue persiguiendo hasta hoy.
viernes, 31 de agosto de 2007
jueves, 28 de junio de 2007
Informe
Retrato. Mi trabajo empezó, desde un lugar totalmente distinto. Mis primeras fotos buscaban el detalle de las facciones de Marcos. Esas mismas facciones, que de a poco, se fueron transformando en otra cosa.
Un vehículo, acelera, acelera mas y choca. Si, sus facciones, son igual de peligrosas que cualquier auto. Un gesto de ellas, puede equivaler a un tour por su pueblo, por su chacra, por su cancha de fútbol. Sin decir mucho, hay algo presente, todo el tiempo algo presente ( pero de su pasado)
Fue eso, eso y nada mas...esas palabras que a veces quedan a medio decir, la nariz buscando un aire que ya fue respirado, los ojos una imagen que ya fue experimentada ( soñada, analizada y olvidada). Así, fue surgiendo la idea de trabajar con fotografías. De rodear a este engendro, siempre dispuesto a adentrarse en su pasado, de fotos. Que sea el quien elija, por cual de todos los recuerdos, piensa escabullirse esta vez. Pero con la segundas tomas que hice con Marcos, y después de la corrección, surgió la idea, el estimulante, ese pellizcon que te intercepta mientras vos caminas, distraído, por tu barrio. Si Marcos esta rodeado de sus fotos. Si además a Marcos lo están encuadrando mientras convive con sus fotos. Lo mas lógico seria que esa foto que lo encuentra a el en comunión con su pasado, valla también a parar a ese circo fotográfico de su presente. Es así como se establece un circulo sin fin, un anillo, el de Moebius tal vez, o el de cualquier pareja, pero tomando forma en esta historia y personaje tan particular.
Es por eso que mi trabajo va a estar visualizado a través de la pantalla de una cámara fotográfica. Para dar cuenta, o por lo menos intentarlo, de esa cadena que se empieza a entrelazar justo donde no se sabe donde se empieza a entrelazar...
Las primeras tomas eran totalmente artificiales. Nos desplazamos a su cuarto. Era en vano, atraparlo en pleno viaje, si era forzado. El efecto ocurre, en su cotidianeidad, y es ahí, donde hay que buscarlo. Todas estas cosas fueron surgiendo durante el proceso. Y es esto lo mas destacable de la experiencia, como avanzar, como sumar de a detalles. Uno esta un domingo a la tarde, y de repente escucha una palabra colgada de un amigo, alguna exclamación de un viejo, que pierda la cabeza jugando a la canasta. O de otro, que en una película, la pierde en la ruleta rusa. Todo puede involucrarse.
Es así como llego a este punto también, con esa actitud de todo puede involucrarse, y toda la desprolijidad que eso conlleva. Mas allá de esto, creo que tengo una idea definida, y que eso es lo que me puede llegar a estructurar. Así, en estas condiciones, el audiovisual me tiene bastante insatisfecho. La edición tiene serios errores, además de que el sonido lo fui relegando durante todo el trabajo, y ese fue el peor error. De esta manera, mi sonido ahora es un híbrido, que sube y baja, que mas allá que intente acompañar la pesadilla que sufre tanto despierto o dormido, atenta contra el que lo esta escuchando. Además creo que metí mucha información, lo cual puede confundir y molestar al lector.
A pesar de esto, creo que la diferencia entre sueño y realidad la pude distinguir bien ( que era parte de lo que quería lograr). Tal vez eso es lo que me da por pensar a veces Marcos. Mas allá que lo vea implantado de lleno en la realidad, tiene esas ramificaciones por las cuales escapa, y se devuelve a años atrás. Al mismo Marcos.
El retrato que esta haciendo Marcos sobre mi, no influye directamente en mi trabajo. Lo que si influye es el estar con el, el estar en su casa y que el clima apoye la idea que estoy intentando retratar. El, en parte, me ayuda a concretar ideas, hacerlas tangibles, y no perder tiempo en otras sin rumbo, sin poder de inserción en este trabajo.
Un vehículo, acelera, acelera mas y choca. Si, sus facciones, son igual de peligrosas que cualquier auto. Un gesto de ellas, puede equivaler a un tour por su pueblo, por su chacra, por su cancha de fútbol. Sin decir mucho, hay algo presente, todo el tiempo algo presente ( pero de su pasado)
Fue eso, eso y nada mas...esas palabras que a veces quedan a medio decir, la nariz buscando un aire que ya fue respirado, los ojos una imagen que ya fue experimentada ( soñada, analizada y olvidada). Así, fue surgiendo la idea de trabajar con fotografías. De rodear a este engendro, siempre dispuesto a adentrarse en su pasado, de fotos. Que sea el quien elija, por cual de todos los recuerdos, piensa escabullirse esta vez. Pero con la segundas tomas que hice con Marcos, y después de la corrección, surgió la idea, el estimulante, ese pellizcon que te intercepta mientras vos caminas, distraído, por tu barrio. Si Marcos esta rodeado de sus fotos. Si además a Marcos lo están encuadrando mientras convive con sus fotos. Lo mas lógico seria que esa foto que lo encuentra a el en comunión con su pasado, valla también a parar a ese circo fotográfico de su presente. Es así como se establece un circulo sin fin, un anillo, el de Moebius tal vez, o el de cualquier pareja, pero tomando forma en esta historia y personaje tan particular.
Es por eso que mi trabajo va a estar visualizado a través de la pantalla de una cámara fotográfica. Para dar cuenta, o por lo menos intentarlo, de esa cadena que se empieza a entrelazar justo donde no se sabe donde se empieza a entrelazar...
Las primeras tomas eran totalmente artificiales. Nos desplazamos a su cuarto. Era en vano, atraparlo en pleno viaje, si era forzado. El efecto ocurre, en su cotidianeidad, y es ahí, donde hay que buscarlo. Todas estas cosas fueron surgiendo durante el proceso. Y es esto lo mas destacable de la experiencia, como avanzar, como sumar de a detalles. Uno esta un domingo a la tarde, y de repente escucha una palabra colgada de un amigo, alguna exclamación de un viejo, que pierda la cabeza jugando a la canasta. O de otro, que en una película, la pierde en la ruleta rusa. Todo puede involucrarse.
Es así como llego a este punto también, con esa actitud de todo puede involucrarse, y toda la desprolijidad que eso conlleva. Mas allá de esto, creo que tengo una idea definida, y que eso es lo que me puede llegar a estructurar. Así, en estas condiciones, el audiovisual me tiene bastante insatisfecho. La edición tiene serios errores, además de que el sonido lo fui relegando durante todo el trabajo, y ese fue el peor error. De esta manera, mi sonido ahora es un híbrido, que sube y baja, que mas allá que intente acompañar la pesadilla que sufre tanto despierto o dormido, atenta contra el que lo esta escuchando. Además creo que metí mucha información, lo cual puede confundir y molestar al lector.
A pesar de esto, creo que la diferencia entre sueño y realidad la pude distinguir bien ( que era parte de lo que quería lograr). Tal vez eso es lo que me da por pensar a veces Marcos. Mas allá que lo vea implantado de lleno en la realidad, tiene esas ramificaciones por las cuales escapa, y se devuelve a años atrás. Al mismo Marcos.
El retrato que esta haciendo Marcos sobre mi, no influye directamente en mi trabajo. Lo que si influye es el estar con el, el estar en su casa y que el clima apoye la idea que estoy intentando retratar. El, en parte, me ayuda a concretar ideas, hacerlas tangibles, y no perder tiempo en otras sin rumbo, sin poder de inserción en este trabajo.
lunes, 11 de junio de 2007
miércoles, 30 de mayo de 2007
Marcos, en algun lugar del tiempo
Todos cargamos con nuestro pasado e inclusive transitamos, indistintamente, por sus entrañas. Sin embargo son menos las veces que el pasado nos recorre la piel, y emerge, hasta en el mas minúsculo de nuestros gestos. Esto fue lo que me pareció ver en Marcos. Será porque su pasado es tan distinto a su presente, porque el contexto, lo tiene enmarcado en una atmósfera diferente. Y esto fue el disparador para intentar subirle la apuesta al pasado, bifurcando en una imagen distintos tiempos. Son las fotos adentrándose en otras fotos. Fotos que a la vez conviven con un ser, que pronto dejara de serlo, que pronto será encuadrado, arrancado, plasmado, y un poquito solo después, puesto junto al resto de las imágenes. Y creo que es algo que no alcance a concretar, pero al tratarlo me rebotaba todo el tiempo en la cabeza, los muchos distintos momentos que convivían, y que podían hacerlo armoniosamente, que en algún punto se rebelaban, atacando directamente, al sentido cronológico del tiempo. Es como aquella historia en la que el Tiempo, caminando distraído, es interceptado por un grupo de niños que deciden jugar al mareado con el, y que después de hacerlo girar un par de veces son transportados, debido a la distracción total de este, a la vejez, a unos momentos antes de sus propias muertes.
La historia es ficción, como también es ficción que el tiempo pueda alguna vez convivir sin un orden. Pero acá es donde reaparece Marcos, ya que a pesar de lo diferente que pueda ser su pasado, el es capaz de recorrerlo, de traerlo, de tenerlo presente y a este (al presente) llevarlo también a su pasado, como un viaje interno, al alcance de la mano y dispuesto a emprenderse siempre.
domingo, 20 de mayo de 2007
miércoles, 9 de mayo de 2007
Primeras ideas; Audiovisual
El acecho.
Un niño camina alegre por un parque, todo es adelante, pie tras pie, avanza contento con los zapatillas nuevas, regalo de navidad, de pronto mira por encima del hombro...
Una mujer avanza calle abajo, la noche es casi inminente y gracias al invierno, tambien es la nevada que se aproxima.Envuelta en su abrigo de piel, ella esta tranquila. Disfruta el olor de la nieve, y piensa que su novio, la estara esperando con el hogar prendido... es ahi cuando siente los ojos sobre sus espaldas, que la aprietan y la asfixian.
Despues de entrar en el despacho del coronel Utzbinsky, de fornicar con su secretaria y habiendo recolectado la informacion pertinente, James Bond se dirije a su auto, sabiendo que cuando se suba en el, el doble blindado lo hara inmune a cualquier tipo de ataque. Mientras saca el control remoto para desactivar la alarma, siente los pasos a sus espaldas... A pesar de haber enfrentado tantos peligros el no puede evitar la sensacion...
Esto es un poco lo que voy a intentar desarrollar en el audiovisual y este partira de la hipotesis de que, sin importar quien sea el perseguido, ese primer momento, en el que uno toma conciencia de que lo estan acechando, la sensacion se repite en todos, se repite en ese escalofrio que le recorre a uno la espalda, en esa adrenalina que dota de conciencia a cada uno de los musculos del cuerpo.
Esta sensacion de acecho es la que experimentara "el intruso" .
Un niño camina alegre por un parque, todo es adelante, pie tras pie, avanza contento con los zapatillas nuevas, regalo de navidad, de pronto mira por encima del hombro...
Una mujer avanza calle abajo, la noche es casi inminente y gracias al invierno, tambien es la nevada que se aproxima.Envuelta en su abrigo de piel, ella esta tranquila. Disfruta el olor de la nieve, y piensa que su novio, la estara esperando con el hogar prendido... es ahi cuando siente los ojos sobre sus espaldas, que la aprietan y la asfixian.
Despues de entrar en el despacho del coronel Utzbinsky, de fornicar con su secretaria y habiendo recolectado la informacion pertinente, James Bond se dirije a su auto, sabiendo que cuando se suba en el, el doble blindado lo hara inmune a cualquier tipo de ataque. Mientras saca el control remoto para desactivar la alarma, siente los pasos a sus espaldas... A pesar de haber enfrentado tantos peligros el no puede evitar la sensacion...
Esto es un poco lo que voy a intentar desarrollar en el audiovisual y este partira de la hipotesis de que, sin importar quien sea el perseguido, ese primer momento, en el que uno toma conciencia de que lo estan acechando, la sensacion se repite en todos, se repite en ese escalofrio que le recorre a uno la espalda, en esa adrenalina que dota de conciencia a cada uno de los musculos del cuerpo.
Esta sensacion de acecho es la que experimentara "el intruso" .
lunes, 23 de abril de 2007
Etapa numero 2
El personaje que me toco fue un guardia de seguridad.
BIOGRAFIA:
A sus cinco años, Raul, vio picar una pelota de futbol, de la nada se acerco con tres pasos toscos, y dio un tremendo zapatazo, sorprendiendo a su padre y obviamente al arquero, que no pudo mas que ver pasar el balon.
La anecdota es consecuente con su biografia. Hoy Raul Bizcurria con 43 años revive su epoca futbolera, en la que lo llamaban " la liebre Biscurria". Temido por todo saguero. " Ellos sabian que si agarraba la linea me iba, y no me paraban mas" Sus palabras salen sin nostalgia, sin la tristeza que uno se imagina cuando piensa en un sueño que no se cumplio.
Despues de fracasar en el futbol, decidio partir al interior, vivio en Cordoba, Rosario, Santa Rosa, y en muchos otros lugares. Siempre haciendo changas, desde laburos en el campo, hasta en uno de esos negocios en los que ofrecen todo tipo de artefacto al modico precio de dos pesos. Dos pesos que ahora emplea, religiosamente, para comprar un malboro de diez y dos caramelos antes de entrar a trabajar. De diez porque hace tiempo que esta intentando dejar.
Con el nacimiento de su primer hijo se volvio a la capital, con el de su hija vio la necesidad de buscar un trabajo fijo. Asi, se metio en esta empresa de seguridad, en donde trabaja hace diez años y en donde mas alla que le paguen siempre tarde, es valorado.
El turno de noche lo separa mas de lo que le gustaria de su hija. Entra a las diez y sale a las 6 de la mañana, se toma un subte y si lo alcanza lo combina con un colectivo trucho, en donde se hizo algunas amistades.
Antes de hacer la ronda de las cuatro, pone el calentador para el agua. Al terminarla, se toma unos amargos, a veces solo, si esta despierto el del estacionamiento de al lado, con el. Entre ellos las bromas van y vienen, aunque como es Raul, siempre quiere tener la ultima palabra. El sabe un poco de todo, es meticuloso, y a pesar de la tranquilidad que gobierna sus movimientos recuerda lo inquieto que era en su infancia. " Era terrible boludo" se frota los ojos y sigue " me acuerdo esa vez que me escape de un castigo... encima a lo grande" se rie y me dice " me fui con el auto del viejo".
BIOGRAFIA:
A sus cinco años, Raul, vio picar una pelota de futbol, de la nada se acerco con tres pasos toscos, y dio un tremendo zapatazo, sorprendiendo a su padre y obviamente al arquero, que no pudo mas que ver pasar el balon.
La anecdota es consecuente con su biografia. Hoy Raul Bizcurria con 43 años revive su epoca futbolera, en la que lo llamaban " la liebre Biscurria". Temido por todo saguero. " Ellos sabian que si agarraba la linea me iba, y no me paraban mas" Sus palabras salen sin nostalgia, sin la tristeza que uno se imagina cuando piensa en un sueño que no se cumplio.
Despues de fracasar en el futbol, decidio partir al interior, vivio en Cordoba, Rosario, Santa Rosa, y en muchos otros lugares. Siempre haciendo changas, desde laburos en el campo, hasta en uno de esos negocios en los que ofrecen todo tipo de artefacto al modico precio de dos pesos. Dos pesos que ahora emplea, religiosamente, para comprar un malboro de diez y dos caramelos antes de entrar a trabajar. De diez porque hace tiempo que esta intentando dejar.
Con el nacimiento de su primer hijo se volvio a la capital, con el de su hija vio la necesidad de buscar un trabajo fijo. Asi, se metio en esta empresa de seguridad, en donde trabaja hace diez años y en donde mas alla que le paguen siempre tarde, es valorado.
El turno de noche lo separa mas de lo que le gustaria de su hija. Entra a las diez y sale a las 6 de la mañana, se toma un subte y si lo alcanza lo combina con un colectivo trucho, en donde se hizo algunas amistades.
Antes de hacer la ronda de las cuatro, pone el calentador para el agua. Al terminarla, se toma unos amargos, a veces solo, si esta despierto el del estacionamiento de al lado, con el. Entre ellos las bromas van y vienen, aunque como es Raul, siempre quiere tener la ultima palabra. El sabe un poco de todo, es meticuloso, y a pesar de la tranquilidad que gobierna sus movimientos recuerda lo inquieto que era en su infancia. " Era terrible boludo" se frota los ojos y sigue " me acuerdo esa vez que me escape de un castigo... encima a lo grande" se rie y me dice " me fui con el auto del viejo".
lunes, 16 de abril de 2007
Patio interior
Los elementos, los distintos elementos que conviven en este patio, por las noches son librados a su suerte. Al descanso, a la diversion, a lo que sea, pero en soledad. En este contexto visito el lugar, un total extraño. El dialogo surge instantaneamente con cada uno de ellos. Algunos comprensivos, te entienden y aconsejan. O estan esos que te saludan al pasar, y no escapan de un comentario sobre el clima. Tambien estan los intolerantes, que no te soportan y solo quieren que te vallas. No los condeno, me gusta pensar que tambien ellos se les da por descansar.
Sustantivos: Banco, edificio, plantas
Adjetivos: Soledad, Artificial, paranoia
Problemas: Estoy bastante confundido. Porque mas alla de que de alguna manera busque de animar estos objetos a partir de presentarlos difusos, siento que la idea del lugar queda relegada a un conjunto de objetos, sin un sitio en donde enmarcarlas.
Tendria que unificar las fotos en su verticalidad y horizontalidad, eso creo que es lo primero que tendria que cambiar para darles una unidad.
Gabriel, lei el articulo que me dejaste, es mas me entere de la noticia a partir de eso. Despues de leerlo un par de veces, y todavia sin creer lo que habia pasado, empeze a ver un nuevo camino de encarar el trabajo. Subi dos imagenes, que me parecen que irian mejor para mostrar la incertidumbre, de tantas ventanas y objetos mirando, acechando. Lo que pasa es que ahroa no se bien lo que voy a llevar a la preentrega?
Sustantivos: Banco, edificio, plantas
Adjetivos: Soledad, Artificial, paranoia
Problemas: Estoy bastante confundido. Porque mas alla de que de alguna manera busque de animar estos objetos a partir de presentarlos difusos, siento que la idea del lugar queda relegada a un conjunto de objetos, sin un sitio en donde enmarcarlas.
Tendria que unificar las fotos en su verticalidad y horizontalidad, eso creo que es lo primero que tendria que cambiar para darles una unidad.
Gabriel, lei el articulo que me dejaste, es mas me entere de la noticia a partir de eso. Despues de leerlo un par de veces, y todavia sin creer lo que habia pasado, empeze a ver un nuevo camino de encarar el trabajo. Subi dos imagenes, que me parecen que irian mejor para mostrar la incertidumbre, de tantas ventanas y objetos mirando, acechando. Lo que pasa es que ahroa no se bien lo que voy a llevar a la preentrega?
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